Cambios en los directorios de empresas estatales

Matko Koljatic

Han pasado prácticamente 
desapercibidos, en el tráfago de noticias políticas y económicas de los últimos dos meses, los cambios en los directorios de las empresas estatales que son parte del holding del Sistema de Empresas Públicas (SEP). Así es como, por ejemplo, en Polla Chilena de Beneficencia S.A. y en Metro S.A., entre otras, se cambió a todos los directores. Si, leyó bien, a todos.

Un cambio total de los directores en una empresa es una medida que puede ser necesaria, particularmente en situaciones de crisis. Ocurrió, por ejemplo, en La Polar después de la situación que todos conocemos. Pero, es obvio que en una empresa que está en un buen pie -como Polla- la continuidad de algunos directores en sus cargos pareciera tener sentido, para darle continuidad a las estrategias de la compañía, particularmente si esas estrategias han demostrado ser eficaces y hay decisiones estratégicas que tomar en el futuro inmediato. Es lo que entiendo ocurre en el Metro y es lo que ocurre hoy en día en “la Polla” como la llamamos coloquialmente: la empresa está hoy en día en un muy buen pie y tiene que tomar decisiones importantes en los meses que vienen.

Conozco Polla de primera fuente, ya que fui director de ella hasta el mes pasado. Bajo la conducción de Roberto Ossandón como presidente del directorio y de Edmundo Dupré en la gerencia general, Polla ha alcanzado excelentes resultados de ventas, generando transferencias de decenas de millones de dólares al Estado y sus otros beneficiarios, utilidades record en su historia -que se entregan en un 100% al Estado como dividendos- y lo más importante, ha fortalecido y profesionalizado su plana ejecutiva y administrativa de modo que la empresa se ha modernizado en su gestión. Como un antecedente adicional, vale mencionar que en los últimos años se desarrolló un sofisticado modelo probabilístico de proyección de las ventas que permite optimizar la actividad publicitaria, ítem crucial en el gasto de administración de la compañía. Por ello, y en base a la evidencia comparada que me da mi participación en otros directorios, mi conclusión es que Polla está siendo gestionada bajo criterios de eficiencia comparables a los de cualquier otra empresa chilena, sea ella privada o pública. Toda la información a la que me refiero está disponible en la página web de Polla. 
Pero, como en cualquier empresa, hay desafíos importantes. En el análisis externo, el negocio Loto enfrenta una gran amenaza en el juego ilegal -los tragamonedas que han inundado el país- que está comenzando a afectar las ventas. Algo similar ocurre con los juegos de apuestas on line internacionales que afectan a Experto. Y, por si fuera poco, la clientela de la compañía se está envejeciendo y los adultos jóvenes no muestran mayor interés en los juegos de azar. En el análisis interno, el próximo año corresponde licitar los servicios computacionales de apoyo que atienden la red de agentes, en una decisión que implica decidir sobre un gasto que representa varias decenas de millones de dólares a valor presente. Es decir, situaciones que requieren decisiones estratégicas complicadas.

Pues bien, en Polla, como comentaba, se cambió al directorio completo y pienso que esta decisión del SEP fue una mala decisión. La razón es evidente. Si todos los directores dejan simultáneamente la empresa, se produce la pérdida total de conocimientos y aprendizajes, lo que tomará tiempo en volver a acumular. Por lo tanto, mi opinión es que esta práctica de cambiar a todos los directores de las empresas estatales es una mala práctica de gobierno corporativo.

Se dice que hay que reformar el sistema de Alta Dirección Pública, por razones parecidas a las que he enunciado en esta columna. Ojalá que cuando se haga la reforma del ADP, se cambie también la forma en que se renuevan los directorios de las empresas estatales. Un ejemplo a seguir es lo que se hace en Codelco. Hay ahí un ejemplo de un sistema de gobierno corporativo que se puede imitar.